¿Cómo poder entrelazar la época moderna con la época de nuestros aborígenes? ¿Es posible mitigar los efectos devastadores de la violencia en nuestra población Montemariana al tiempo que promovemos la identidad cultural? Estos interrogantes, aunque en principio parezcan desligados el uno del otro, pueden tener un punto de confluencia que consigue satisfacerlos positivamente: El Festival Nacional de Gaitas “Francisco Llirene”.
Este evento cultural que nace oficialmente por allá en el año 1985, con su objetivo principal de rescatar la casi olvidada música de gaitas, propone en cada una de sus ediciones anuales la posibilidad de mantener vigente el lazo histórico con nuestras raíces, afianzar la identidad cultural y posibilitar un movimiento económico que puede mitigar la necesidad de sustento de algunas familias y los efectos de la violencia.
Inicialmente, al confluir en Ovejas, las agrupaciones folclóricas, los investigadores, y en general los cultores de Colombia, tienen la posibilidad de interactuar en las actividades que se programan en el Festival y realizar aportes significativos acerca de los orígenes y transformación de la música de gaitas desde el mismo momento en que se concibe la integración trietnica.
Permitir su realización anual, como a la fecha se la logrado de manera ininterrumpida, propicia el regocijo, la armonía, la alegría y la hermandad entre quienes participamos de este encuentro con nuestro pasado para retroalimentarnos espiritual y musicalmente y aliviar nuestras heridas. La participación activa de los niños, jóvenes y adultos; agobiados por las consecuencias referidas del conflicto en los procesos de formación, posibilita alejar el dolor del diario quehacer, ocupa la mente en la necesidad de aprender y lograr un mejor desempeño artístico y/o artesanal al tiempo que propicia un movimiento económico con posibilidades de mejorar la calidad de vida de todos.
Manteniendo vigente la música de gaitas, transmitiendo ese conocimiento de una generación a otra y difundiéndolo a través de eventos culturales y medios masivos de comunicación, aseguramos que la creación de composiciones musicales vernáculas con tintes de modernidad y producto de la mágica inspiración gaitera, se mantengan reinantes en pleno siglo XXI aún cuando evoquen un viaje efímero al pasado.
Finalmente, un desempeño organizacional eficiente de la Asociación Festival Nacional de Gaitas “Francisco Llirene” y un mayor respaldo por parte de los entes territoriales, empresas del sector privado y habitantes Montemarianos, de seguro permitirán que logremos a mediano o largo plazo, atenuar en gran medida el efecto negativo que se produjo recientemente, con ocasión de los desafueros violentos de los actores en conflicto en nuestra subregión.