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viernes, febrero 11, 2011

SÍ. ERA LA HORA

Con mucha tristeza y melancolía, recuerdo esos grandes momentos vividos junto a mi padre Domingo. Fueron muchos, pero bien vividos. Desde niño fui siguiendo sus pasos y en ese proceso aprendí a construir esa fortaleza espiritual que hoy me anima a escribir estas dolorosas pero gratificantes líneas.

Siendo niño fui aprendiendo a respetar (como en los viejos tiempos) a todos los mayores y en general a quienes en todos los momentos de nuestras vidas, comparten, construyen y en ocasiones, deforman la armonía que nuestro señor Jesucristo tiene para todos. No fue necesario recibir de su parte maltrato para aprender a sobrevivir, no. Justificaba sus medidas restrictivas en la razón de no caer en los "malos caminos" y "andar con juicio", no se necesitaba pedir más argumentos ni razones, allí estaban todas.

Siendo una persona jovial, alegre y emprendedora, se convirtió en mi referente más grande después de Dios. Quienes me conocen me manifiestan esa gran energía positiva que nos rodea aún en los momentos más críticos y desesperantes. Somos dados a estimular en las personas el sentido de pertenencia y de solidaridad hacia los demás. En nuestro afán creador, hemos sido parte activa de la historia de Ovejas desde comités y juntas hasta de manera solitaria. El mantenimiento del Cementerio Municipal siempre fue una de sus iniciativas y encontró eco en personalidades del municipio que entendieron su propósito y lo respaldaron de manera decidida. Ni hablar de los vecinos que en celosamente cuidamos del pequeño parque que juntos construimos.

Preocupado siempre por la calidad de la educación, hizo parte activa de las Juntas de Padres de Familias de las instituciones en donde sus hijos recibíamos orientación de los profesores. Siempre estuvo presto a colaborarnos en nuestros quehaceres colegiales aún cuando solo asistió a la escuela hasta el grado primero porque en esa entonces era prioritaria la supervivencia alimentaria. Realizó un gran esfuerzo solitario para aprender a escribir y leer. Se apoyó en sus amigos letrados para hurgar en los periódicos y revistas el conocimiento que más tarde apoyado con sus vivencias nos trasmitiría.

Visionario y emprendedor en la parte cultural por la manera como nos relegábamos de otros municipios con menos potencial que se abrían puerta en el quehacer cultural de Colombia. Se propuso en varias ocasiones realizar un evento que mostrara nuestra identidad e invitara a la alegría, a la hermandad y el regocijo de allí surge la necesidad de fundar el festival que hoy nos identifica ante el mundo y es su mayor legado, aún cuando existieran personas que pretendieran desconocer su esfuerzo cultor e iniciativa.

Ese amor que trasmitió durante sus provechosos años de vida, hoy los recogemos con mucho orgullo y lo seguimos trasmitiendo a nuestros conciudadanos, sus hijos que siempre lo extrañaremos y nunca olvidaremos.

Sí era la hora! aún cuando el dolor nos invada cada vez que te recordemos, Dios te necesitaba en su lecho para alegrar y construir en su reino cosas nuevas que un día compartiremos contigo.

Siempre tendremos palabras para Tí y sobrarán letras para seguir escribiendo de tu vida.

Dios te bendiga!